En una tarde de verano, una luciérnaga muy despistada volaba sin reparo por el jardín florido de unas mariposas. Estas la miraban con desagrado mientras murmuraban lo que para ellas eran las muchas imperfecciones que tenía la luciérnaga –mira que feas son sus alas - sí, no tienen color- apenas se distingue entre las hojas- decían las mariposas.
La luciérnaga a pesar de haber escuchado los comentarios, decidió pasar la noche en el jardín, pues estaba muy cansada para regresar a su casa.
La oscuridad llego, y la luciérnaga por su hermosa naturaleza comenzó a desprender una viva y brillante luz, que dejo sin palabras a todos en el jardín. Nadie articuló una palabra hasta la mañana siguiente, cuando las mariposas apenadas pidieron disculpas a la luciérnaga diciendo –No debemos juzgar a nadie por su apariencia, porque todos tenemos un brillo especial que puede emerger cuando todo está más oscuro-.
Menuda lección, me encantó el texto con su hermoso mensaje. Y el dibujo es precioso
ResponderEliminarGracias, me inspire mucho de www.diariodealgoespecial.com, Si, esa Amanda se las trae con los dibujos.
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