Texto e imagenes por Alejandro papá
Aunque habíamos oído hablar un poquito de este lugar, no entendíamos muy bien de que se trataba. Un día, por accidente casi, una de mis niñas y yo descubrimos donde estaba cuando luego de llegar tarde a una cita odontológica y por consiguiente perderla… decidimos irnos a pasear más o menos sin rumbo por la ciudad. Lo que vimos nos gustó mucho y decidimos invitar al resto de la familia para otro día.
Y lo que vimos fue que desde la estación Vizcaya del Metrorail (Metro de Miami) se veía algo como la entrada a una hacienda y señalaba que allí cerca estaba el Museo de Ciencias. Nos bajamos del tren y caminamos hacia allá.
Ya desde el inicio nos fue gustando pues la vía peatonal que parte de la estación pasaba sobre la carretera US-1, que allí es autopista, y luego bajaba haciendo curvas hacia un bosquecito muy fresco; y en el sur de Florida siempre se agradece una sombra frondosa.
Avanzando un poco más, buscando el Museo de Ciencias, vimos las señales de Vizcaya y entramos. Nos recibió otro bosque ¡más tupido que el primero!... al punto de que a pesar de ser un sendero de solo unos 100 metros quizá, no oíamos para nada los ruidos de la ciudad. Leímos en unos posters que era el tipo de bosque original de la zona, los llamados Hammocks, que se había decidido preservar desde la construcción de la casa. Andrea y yo nos preguntábamos, ¿qué es este lugar por fin, dónde estamos?, y para nuestra sorpresa al salir del bosque nos topamos con la avenida de entrada a una casona, una mansión prácticamente, que parecía más bien Europea, nada usual respecto a lo que uno está acostumbrado a ver en Miami y alrededores. Sorprendidos, vimos los horarios y precios y decidimos que era demasiado bonito para verlo solo nosotros y que volveríamos luego con todos.
Bajando desde el Metrorail |
¡Lo que vimos al salir del bosque! |
Eventualmente lo hicimos un sábado en la mañana y pensábamos que quizá estaríamos solo un rato para luego ir a otro sitio. Pero terminamos quedándonos más de tres horas.
Entramos por el Hammock nuevamente, aunque puedes seguir la vía de los automóviles también. Y luego de pagar la entrada, al ingresar a la casa podíamos escoger si esperar a un guía o ir por nuestros propios pasos. Tomamos unos folletos informativos y nos decidimos por lo segundo. Ese día no llevábamos a Amelia en su coche y fue mejor así, pues el tenerla en el cargador fue más conveniente para subir las escaleras, algunas de las cuales son estrechas. De las variadas opciones informativas, disponibles además en varios idiomas, tomamos –naturalmente- la llamada “Explorando los jardines de Vizcaya con Visitantes Jóvenes” J, además de un plano y un librito sobre una exposición temporal. No pueden tomarse fotos dentro de la casona, pero como verán a continuación, no hay limitaciones en ese sentido en los jardines.
Recorrimos todas las salas de la casona y en todas nos quedábamos maravillados con los ricos detalles de los objetos presentes, pero también con el altísimo nivel de maestría que dejaron plasmados los artesanos en cada detalle de la construcción.
Algo que a todos nos llamó la atención, en especial a Andreina que ama las antigüedades, era el ver “cómo se hacía antes” diversas tareas, apreciando los aparatos antiguos y los métodos para todo, desde el ascensor, pasando por los instrumentos musicales, los utensilios de cocina. Etc.
Pero volviendo a la pregunta que nos hicimos al verla sorprendidos por vez primera Andrea y yo: ¿qué es este lugar por fin, dónde estamos? Les cuento entonces un poco de la “historia oficial” de la casona.
Vizcaya fue concebida y construida en la década de 1910 como la residencia invernal del industrial de Chicago James Deering. Él y sus colaboradores se inspiraron en las casas señoriales de Europa, sobre todo las italianas, e hicieron grandes esfuerzos para crear la ilusión de que la mansión había estado allí desde siempre. Por ello, aunque la casa principal fue construida entre 1914 y 1916, parece más antigua. Los jardines fueron completados en 1922. La construcción fue una obra de tal magnitud que una publicación de Miami en la época decía que “… todo el mundo en todas partes parece conocer a alguien que está haciendo algo allí…”.
Inicialmente abarcaba 72 hectáreas que además de la casa y los jardines, contaba con la llamada “aldea”, un grupo de edificaciones del mismo estilo de la casona principal, que incluían una granja, viviendas para el personal, y talleres.
Aunque tiene mobiliario traído de todas partes de Estados Unidos y Europa, hay muchas cosas hechas exclusivamente para la residencia. Además se hicieron adaptaciones importantes al clima local, por ejemplo las habitaciones abiertas al aire libre, el uso de plantas nativas y materiales locales enlazan la casa con su entorno. En ese sentido, se alega que la conservación del hammock y los manglares originales en Vizcaya, son de los ejemplos más tempranos de conservación del ambiente en el área de Miami.
Manglares en el extremo sur de los jardines |
Nos encantó, y esta de nuevo en nuestra lista de "to do" para cuando volvamos a estar cerca.
Solos, o en familia ¡visítenla si están en Miami!, será un tiempo bien invertido. Aprenderán, descansaran y se inspiraran.
Acá pueden encontrar la información más al día sobre horarios de visita, precios, eventos, como llegar, historia, etc.: www.vizcayamuseum.org
¡Hasta el proximo paseo!
Alejandro R
¡Hasta el proximo paseo!
Alejandro R
Wow me encantó este lugar, parece mágico. Qué arquitectura!
ResponderEliminarQue lindo paseo! ustedes siempre haciendonos viajar desde la comodidad de la casa.. Saludos!
ResponderEliminarQue precioso lugar, y tanto para descubrir me encantó el paseo. Besitos
ResponderEliminarBellas fotos amiga a mi tambien me encanta Viscaya un lugar magico
ResponderEliminarEste lugar es bellisimo! gracias por compartirlo
ResponderEliminarSe mira que la pasaron muy bien y a nosotros también nos gusta mucho ese lugar.
ResponderEliminarQué bello lugar y su historia debe ser interesante, muchas gracias por la recomendación, ya lo apunto para visitarlo. Saludos y
ResponderEliminar¡FELIZ DIA!ॐ
http://mamaholistica.com
Qué interesante, se ve un lugar precioso y lo mejor de todo es que pudieron ir todos juntos para disfrutar de la visita. Gracias por mostrarnos
ResponderEliminar¡La de lugares bonitos que conocemos gracias a ti y a tus fotos!¡Gracias por compartir!
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